continuar el viaje, que apenas los hubiera podido detener despues. Y volviendo la popa hácia el Oriente, de nuestros remos hicimos alas para seguir tan desatentado viaje, inclinándonos siempre hácia la izquierda[1]. La noche veia ya brillar todas las estrellas del otro polo, y estaba el nuestro tan bajo que apenas parecia salir fuera de la superficie de las aguas[2]. Cinco veces se habia encendido y otras tantas apagado la luz de la luna desde que entramos en aquel gran mar, cuando apareció una montaña oscurecida por la distancia, la cual me pareció la más alta de cuantas habia visto hasta entonces. Nos causó alegría, pero nuestro gozo se trocó bien pronto en llanto; pues de aquella tierra se levantó un torbellino que chocó contra la proa de nuestro buque: tres veces lo hizo girar juntamente con las encrespadas ondas, y á la cuarta levantó la popa y sumergió la proa como plugo al Otro[3], hasta que el mar volvió à unirse sobre nosotros.»
CANTO XXVI.
Habíase quedado derecha é inmóvil la llama para no decir nada más, y ya se iba alejando de nosotros con permiso
- ↑ Hácia el Sur; al Ecuador. Parece estar aquí trazando el rumbo que siguió Colon.
- ↑ Se hallaban cerca del Ecuador: por eso dice que se veian las estrellas del polo antártico, y que la del Norte apenas salia de la superficie de las aguas.
- ↑ Esto es, como plugo á Dios. Ulises calla el nombre, ó porque así lo requiere su condicion de condenado, ó porque no conoció al verdadero Dios.