si es cierto lo que he oido, te responderé sin temor á la infamia. Yo fuí hombre de guerra y luego franciscano, creyendo que con este hábito expiaria mis faltas; y mi creencia hubiera tenido ciertamente efecto, si el gran Sacerdote[1], á quien deseo todo mal, no me hubiese hecho incurrir en mis primeras faltas. Quiero que tú sepas cómo y por qué. Mientras conservé la forma de carne y hueso que mi madre me dió, mis acciones no fueron de leon, sino de zorra. Yo conocí toda clase de astucias, todas las asechanzas, y las practiqué tan bien, que su fama resonó hasta en el último confin del mundo. Cuando me ví cercano á la edad en que cada cual deberia cargar las velas y recoger las cuerdas, lo que antes me agradaba me disgustó entonces; y arrepentido, confesé mis culpas, retirándome al claustro. Entonces, ¡ay! infeliz de mí! pude haberme salvado: pero el príncipe de los nuevos fariseos estaba en guerra cerca de Letran[2], (y no con los sarracenos ni con los judíos; pues todos sus enemigos eran cristianos, y ninguno de ellos habia ido á conquistar á Acre, ni á comerciar en la tierra del Sultan)[3]: no tuvo en cuenta su dignidad suprema ni las sagradas órdenes de que estaba investido, ni vió en mí aquel cordon que solia enflaquecer á los que lo llevaban; sino que, así como Constantino llamó á Silvestre en el monte Soracto, para que le curase la lepra[4], así tambien me
- ↑ Bonifacio VIII, á quien luego llama «príncipe de los nuevos fariseos.»
- ↑ En Roma misma, con los Colonnas, que habitaban cerca de S. Juan de Letran. Se refiere al papa Bonifacio VIII.
- ↑ Ninguno de sus enemigos, despues de abjurar la fé cristiana, habia ido á atacar á Acre en compañia de los sarracenos, ni habia proporcionado á estos, por el deseo del lucro, viveres ni municiones.
- ↑ Así como Constantino pidió al papa S. Silvestre, que estaba oculto en una cueva del monte Soracto por huir de la persecucion que se hacia á los cristianos, que le curara la lepra. Este hecho, atribuido á Constantino, es falso; pero se creia en tiempo del Poeta. El Soracto, hoy monte de San Orestes, está situado en la Etruria meridional, á la