delante de mí llorando, con la cabeza abierta desde el cráneo hasta la barba[1], y todos los que aquí ves, vivieron; mas por haber diseminado el escándalo y el cisma en la tierra, están hendidos del mismo modo. En pos de nosotros viene un diablo que nos hiere cruelmente, dando tajos con su afilada espada á cuantos alcanza entre esta multitud de pecadores, luego que hemos dado una vuelta por esta lamentable fosa; porque nuestras heridas se cierran antes de volvernos á encontrar con aquel demonio. Pero tú, que estás olismeando desde lo alto del escollo, quizá para demorar tu marcha hácia el suplicio que te haya sido impuesto por tus culpas, ¿quién eres?
—Ni la muerte le alcanzó aun, ni le traen aquí sus culpas para que sea atormentado, contestó mi Maestro, sino que ha venido para conocer todos los suplicios. Yo, que estoy muerto, debo guiarle por cada uno de los círculos del profundo Infierno, y esto es tan cierto como que te estoy hablando.
Al oir estas palabras, más de cien condenados se detuvieron en la fosa para contemplarme, haciéndoles olvidar la sorpresa su martirio.
—Pues bien, tú, que tal vez dentro de poco volverás á ver el sol, dí á fray Dolcin[2] que, si no quiere reunirse conmigo aquí muy pronto, debe proveerse de víveres y no dejarse rodear por la nieve; pues sin el hambre y la nieve, difícil le será al novarés vencerle.
- ↑ Ali, primo de Mahoma.
- ↑ Fray Dolcin predicaba, en las montañas de Novara, la comunidad de mujeres y de bienes. Habia logrado reunir más de 3,000 sectarios. Perseguido por las tropas del obispo de Benevento, falto de víveres y detenido por la nieve, cayó prisionero juntamente con su compañera Margarita, y fué quemado vivo en la ciudad de Novara, haciéndose notable por su heróico valor en los suplicios. Sucedió esto en 1307.