Página:La Escuela Moderna - Póstuma explicación y alcance de la enseñanza racionalista (1912).pdf/229

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mercurio hacen equilibrio con esta misma columna: de ahí el barómetro y todos los fenómenos que acompañan sus variaciones.

La botánica y la historia natural son también estudios que convienen a la infancia. No hay niño que no recoja flores, insectos y conchas: tocar, examinar, disecar, todo es una necesidad de la infancia; guardémonos de contrariarla ya que podemos dirigirla de una manera útil.

La lectura y la escritura son un instrumento de las artes, y es necesario que el hombre de todos los estados sepa utilizarle. Este instrumento establece una relación entre los hombres de todas las edades y de todos los paises y conserva el equilibrio entre todos los conocimientos exparcidos sobre la superficie del globo; es un preservativo contra la superstición, contra el abuso del poder; es el primer garante de la libertad. Hay diferentes géneros de conocimientos que es en extremo difícil enseñar a los niños cuando no saben escribir; tales son las reglas del cálculo, que forman una de las partes más esenciales de la educación primaria.

Pero al poner ese instrumento en la mano del hombre, temamos hacerle un presente funesto: temamos introducir en su espíritu la idea de la palabra trazada sobre el papel, en lugar de la idea de la cosa que esa palabra ha de recordar. Que en todas partes, en los fibros que se entreguen al niño, la idea principal que se intente grabar en su entendimiento se haga sensible por grabados y por imágenes: que la lengua escrita sea para él, en cuanto sea posible, la lengua de los jeroglíficos, de manera que la idea no se separe jamás de la palabra.

Dirigiendo así hacia objetos sensibles todas las partes de la educación primaria, sujetándose a seguir el método de la naturaleza, no solamente se formarán hombres, sino que se operará una perfectibilidad gradual en las cualidades intelectuales de la especie humana: en veinte años, las mismas obras que se creerán hoy fuera del alcance de los niños, parecerán mucho más sencillas, porque contendrán conocimientos familiares a todos. Será preciso, pues, renovarlos, y así de generación en generación, de modo que la co- 225 8.

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