II
La Señorita Meunié
Entre mis alumnos se contaba la Srta. Meunié, dama rica, sin familia, muy aficionada a los viajes, que estudiaba el español con la idea de realizar un viaje a España.
Católica convencida y observante escrupulosamente nimia, para ella la religión y la moral eran una misma cosa, y la incredulidad, o la impiedad como se dice entre creyentes, era señal evidente de inmoralidad, libertinaje y crimen.
Odiaba a los revolucionarios, y confundía con el mismo inconsciente e irreflexivo sentimiento todas las manifestaciones de la incultura popular, debido, entre otras causas de educación y de posición social, a que recordaba rencorosamente que en los tiempos de la «Commune» había sido insultada por los pilluelos de París yendo a la iglesia en compañía de su mamá.
Ingenua y simpática y poco menos que sin consideración alguna a antecedentes, accesorios y consecuencias, exponía siempre sin reserva lo