Página:La Ilíada (Luis Segalá y Estalella).djvu/185

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
Héctor ordena á los caudillos teucros que bajen de los carros para atacar á los aqueos


CANTO XII
COMBATE EN LA MURALLA


1 En tanto el fuerte hijo de Menetio curaba, dentro de la tienda, la herida de Eurípilo, acometíanse confusamente argivos y teucros. Ya no había de contener á éstos ni el foso ni el ancho muro que al borde del mismo construyeron los dánaos, sin ofrecer á los dioses hecatombes perfectas, para que los defendiera á ellos con las veleras naves y el mucho botín que dentro se guardaba. Levantado el muro contra la voluntad de los inmortales dioses, no debía subsistir largo tiempo. Mientras vivió Héctor, estuvo Aquiles irritado y la ciudad del rey Príamo no fué expugnada, la gran muralla de los aqueos se mantuvo firme. Pero cuando hubieron muerto los más valientes teucros, de los argivos, unos perecieron y otros se salvaron, la ciudad de Príamo fué destruída en el décimo año, y los argivos se embarcaron para regresar á su patria; Neptuno y Apolo decidieron arruinar el muro con la fuerza de los ríos que corren de los montes ideos al mar: el Reso, el Heptáporo, el Careso, el Rodio, el Gránico, el Esepo, el divino Escamandro y el Símois, en cuya ribera cayeron al polvo muchos cascos, escudos de boyuno cuero y la generación de los hombres semidioses.—Febo Apolo desvió el curso