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Suspirando la guerra y los asaltos.
 Pero pasados ya los doce dias,
Que al Olympo volvió el Supremo Jove,
En compañia de los otros Dioses,
Thetis, que en la memoria conservaba
Los ruegos de su hijo, y su promesa,
Dexó al albor del dia los profundos
Abismos de la mar, y voló al Cielo.
A Júpiter halló sentado aparte
En la mas alta cumbre del Olympo.
La Diosa, apróximandose á su trono,
Con una mano abraza sus rodillas,
Y cogiendo su barba respetable
Con la mano derecha, asi le dixo
Al supremo Tonante, con ternura:
„Júpiter poderoso y soberano,
„Si alguna vez mi dicha ha permitido
„Que te diese mis utiles avisos,
„Y te hiciese servicios agradables,
„Yo te ruego que escuches mis deseos,
„Y que colmes de honor á mi hijo amado.
„De quantos Héroes hay, ninguno debe
„Tener vida mas corta que la suya.
„No obstante, Agamenón lo ha deshonrado,
„Quitandole aquel premio que los Griegos