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Muy vano á los combates se acercaba,
Y tan cargado de ornamentos de oro
Como va una doncella, oh insensato
Pues todos sus adornos no pudieron
Librarlo de la muerte, porque Aquiles
Lo mató en un combate que tuvieron
En la orilla del Xantho caudoloso,
Y se llevó aquel oro tan precioso.
 El grande Sarpedon, y el bravo Glauco,
Eran los que mandaban á los Lycios,
Que de Lycia remota habian venido
Por donde pasa el Xantho tan fluído.