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 Dixo asi; y con sus armas salta al punto
A tierra desde el carro, y el acero
Que su pecho cubria se estremece,
Y hace un horrible ruído, que podia
Introducir el susto y el espánto
En el alma mas fuerte de un guerrero.
Como quando en la costa sonorosa.
Por el Zéphiro fuerte, de improviso
Se conmueven las olas del mar terso,
Que en el golfo primero se amontonan,
Y al envestir despues contra la costa
Braman horriblemente, y mas hinchadas
Levantandose en torno de un escollo
Que á su vigor se opone, al fin lo cubren
Con la espuma del mar; de esta manera
Las phalanges de Griegos se movian,
Y furiosas marchaban al combate.
Cada Xefe mandaba á sus Soldados,
Y estos iban siguiendo taciturnos,
Con su silencio honrando á sus Caudillos,
Tanto, que no dirias al mirarlas
Que tantas tropas juntas voz tenian.
Vestidos, con sus armas diferentes
Que brillaban por una y otra parte,
Al combate marchaban en buen orden.