Página:La Ilíada de Homero, Tomo I (Ignacio García Malo).pdf/312

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
(206)

Como son al presente los mortales,
Del suelo levantarla no podrian,
Y él solo la movia facilmente.
Con ella á Eneas hiere en la cadera,
Donde del anca y muslo está el encage
Que llaman catiledon: á este golpe
Se hizo el mismo acetábulo pedazos,
Además se rompieron los dos nervios,
Y el cutis arrolló la áspera piedra.
De rodillas Eneas cae al punto
Con su mano apoyandose en el suelo,
Y quedanse sus ojos asombrados,
Y de una oscura noche rodeados.
 Alli hubiera quedado muerto Eneas
Si la divina Venus no percibe
El lance en que se hallaba su hijo amado,
Que ella engendró de Anchises quando estaba
Apacentando Toros en el Ida.
Va corriendo ácia él, entre sus brazos
Le coge extrechamente, y le rodea
Para que no le viesen los Argivos,
Con su blanco ropage, de tal suerte
Que pudiese servirle de muralla
Contra todos los dardos, y evitase
Que alguno de los Griegos con su acero