Página:La Ilíada de Homero, Tomo I (Ignacio García Malo).pdf/339

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
(233)

Y aun Ulises hubiera dado muerte
A otros muchos Lycienses, si el gran Héctor
No lo hubiera advertido en el instante.
En las primeras filas se presenta
Armado con acero refulgente,
E infunde á los Argivos su semblante
Un espánto y terror predominante.
 Quando vió Sarpedon, hijo de Jove,
Que estaba cerca de él, sintió gran gozo,
Y con lúgubre voz asi le dixo:
„¡Oh hijo de Priämo no me dexes
„En poder de los Griegos: dame ampáro,
„Y haz al menos que acabe yo mis dias
„En vuestra alta ciudad, pues ya no espéro
„Volver á ver mi casa y patria amada,
„Ni dar esta alegria consolante
„A mi esposa querida, é hijo infante.”
 Asi dixo; mas Héctor valeroso
Nada le respondió, pues anhelando
Rechazar á los Griegos quanto antes,
Y hacer de ellos estrago muy terrible,
Pasó con rapidéz casi increíble.
 En tanto á Sarpedon sus compañeros
Ponen báxo una Encina, consagrada
Al soberano Jove, y el valiente