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„De la voz de los Dioses he escuchado.”
 Dixo; y Héctor contento y satisfecho
De esta proposicion, en el instante
En medio de sus tropas se presenta,
Y tomando su lanza por en medio
Contiene de los Teucros las phalanges,
Y todos al instante se sentaron.
Agamenón tambien hace sentarse
A todos los Acheos, y Minerva
Y el inmortal Apolo báxo aspecto
De dos Buitres se sientan en la altura
De una Haya consagrada al padre Jove,
A ser espectadores del combate.
Estaban las hileras de unos y otros
Sentadas muy unidas, y causaban
Los escudos, las lanzas y los yelmos
Un espánto y horror imponderable.
Como al soplar el Zéfiro furioso
Se agita el vasto mar, y se ennegrecen
Sus ondas encrespadas, cuyo aspecto
Asusta y horroriza; de esta suerte
El movimiento y armas de las tropas
De Acheos y Troyanos espantaban
Sentados por hileras en el campo.
Héctor entre unos y otros asi dixo:

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