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A sus cóncavas naves se volvieron.
No habia salido la brillante Aurora,
Y era aun dudosa noche, quando en torno
De la funesta pira se congregan
Las tropas de los Griegos escogidas.
Al rededor un túmulo levantan,
Que á todos en el campo comun fuese,
Y cerca de él un muro edificaron,
Y unas sublimes torres que sirviesen
De defensa á las naves, y á sí mismos.
Ponen luego en las torres buenas puertas
Por las quales pudiesen pasar carros,
Y todo por de fuera lo circuyen
Con un profundo, grande y ancho foso,
Y fixando una fuerte empalizada
Esta obra iba á ser finalizada.
 Sentados los demás eternos Dioses
Cerca del grande Jove Fulminante,
Miraban esta obra de los Griegos
Con mucha admiracion; y el Dios Neptuno,
Que la tierra conmueve, asi le dice:
„¡Oh Padre Jove! ¿se hallará en la tierra
„Ningun mortal que quiera en adelante
„Demostrar sus designios ó intenciones
„A los eternos Dioses inmortales?