Página:La Ilíada de Homero, Tomo I (Ignacio García Malo).pdf/441

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
(335)

De Caballos y hombres escudados,
Extrechados por Héctor formidable
A Marte semejante, á quien entonces
Júpiter daba gloria. Ciertamente
Habria aniquilado con el fuego
Ardiente y destruídor todas las naves
Si no hubiese inspirado la gran Juno
Al Rey Agamenón, que él mismo fuese
A incitar al instante á los Acheos.
Va corriendo á sus tiendas y á sus naves,
En su mano teniendo un grande manto
De purpúreo color. En pie se pone
En la nave de Ulises grande y negra,
Que estaba en medio, y desde alli podia
Su voz oírse en una y otra parte,
Tanto en la tienda de Ayax Telamonio,
Como en la tienda del ilustre Aquiles,
Que estaban colocados al extremo
De aquel campo naval, muy confiados
En el valor y fuerza de sus manos.
Desde alli en alta voz, asi les dice:
„¡Qué oprobrio! ¡qué pudór, tímidos Griegos,
„Tropas afeminadas y cobardes,
„Que sois solo admirables en figura!
”¿Qué se hicieron aquellas vanaglorias