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„Por la espada cruel de los Troyanos,
„Haciendo que perezcan á sus manos.”
 Asi dixo, y el Padre omnipotente
De su dolor y llanto conmovido,
Con un signo propicio le demuestra
Que su Exército sálvo quedaría,
Y no perecería, pues al punto
Una Aguila le envia, la mas noble
Entre todas las aves, y el mas cierto
De todos los augurios, que en sus uñas
Traía un hijo tierno de una Cierva,
El que dexó caer al pie del ara,
En la qual los Argivos ofrecian
Sacrificios á Jove Panompheo.
Apenas percibieron esta ave
Enviada por Jove, quando envisten
Con el mayor furor á los Troyanos,
Ningun Caudillo Griego, aunque eran mucho
Pudo jactarse entonces de que habia
Y solo se acordaban del combate.
Sus veloces Caballos incitado,
Antes que el hijo ilustre de Tydeo,
Ni que saltó primero el ancho foso,
Ni salió á combatir contra los Teucros.
Mucho antes que todos dió la muerte

 Tomo I.
Y