Página:La Ilíada de Homero, Tomo I (Ignacio García Malo).pdf/48

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
(XXXII)

Escritura Santa á Saúl y David, despues de ser ungidos Reyes, ocuparse aún en apacentar los ganados? ¿á Abrahám, amo de un número infinito de domésticos, ir él mismo al establo? ¿á Sara, que tenia tantas criadas, amasar con sus mismas manos el pan? ¿á Rebecca y Raquél, no obstante la delicadeza de su sexô, llevar al hombro una hidria llena de agua, y conducir sus rebaños á la fuente? ¿en Fabio Pictor á Rhea, ir por sí misma á tomar el agua? ¿en Tito-Livio, hacer lo mismo la hija de Tarpeyo, y otros exemplares semejantes? Pues estas costumbres, estos usos, esta felíz simplicidad propia de la inocencia, que no pueden dexar de admirarnos y confundirnos á vista de la pompa y magnificencia, del luxo excesivo, de la vanidad y del orgullo, en que al presente vivimos sumergidos y obcecados, son los que describe Homero con su noble naturalidad.

El mismo Mr. de la Motta, hablando de las costumbres de los Griegos que explica Homero, de la pintura que hace de los Dioses, y de las virtudes que elogia en sus Héroes, dice asi: „La venganza y el orgu-