Página:La Odisea (Antonio de Gironella).pdf/136

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida

130

Por sus altas virtudes, los llevara
Lejos de los tiranos opresores,
Y en Esquería feliz, que el mar círcunda,
Su imperio estableció prudente y sabio.
Levantó una ciudad con sus moradas;
Dedicó templos alos Dioses sacros
Y dividió las tierras con justicia.
Mas Nausitúo, al Hado en fin cediendo,
Entre las sombras ya bajado había,
Y ora Alcinó su cetro sustentaba
Llevando en si la inspiracion divina.
La sacra mente siempre á Ulises vuelta
Y en tomarle á sus lares ocupada,
Minerva vuela al techo del monarca;
Entra en el quieto asilo do reposa
Su hermosa hija, que en beldad y hechizo
Á una inmortal semeja. En los portales
De su estancia dos vírgenes vigilan
Que parecen hechura de las Gracias.
La puerta está cerrada. Como el aire
La Diosa entra invisible, transformada
En la hija de Dimas, compañera
Y la mas tierna amiga de su infancia.
Llega al lecho, y al rostro el labio unido:
«Náusica, dice ¿cuál es tu indolencia?
Tus trages algun día tan brillantes
Ora incurados, en el polvo yacen;
Y sin embargo, el dia no está lejos
En que será deber engalanarte,
Pues que joya has de ser del venturoso,
Priadilecto mortal que te obtuviere;
Tal es tu fama y de tus deudos gloria.
Al conducir la aurora el claro día
Es fuerza dar su lastre á tus vestidos,
Y yo misma ausiliando tu tarea,
Para darte mas prisa iré contigo.
En las vírgenes ya no estarás mucho: