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Página:La Odisea (Antonio de Gironella).pdf/21

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XV

amistosa exigencia de tal sacrificio. Aunque conozco que este descargo es mas especioso que tolerable, lo alego porque no tengo otro; pero á lo menos para que se sepa que, en una situacion tan crítica, he buscado todos los posibles medios para salir de ella lo menos mal que me ha sido dable, diré los materiales que he empleado en un trabajo tan ímprobo y desempeñado con tan pocas probabilidades de acertar.

Digo que es un trabajo ímprobo, porque ademas de la inmensa dificultad de verter á nuestro moderno idioma y de hacer aceptar al gusto del dia las costumbres poéticas de aquellos remotísimos tiempos y de verterlas en espresiones equivalentes y claras, pero tolerables; se añadió la circunstancia de ser esta para mi una obra que, si encierra bellezas estraordinarias, tiene una acumulacion de descripciones individuales tan mínuciosas, tan triviales, un diálogo tan inconexo, unas comparaciones tan inadaptables, unos incidentes á veces tan repugnantes, y sobre todo tan duplicadas y triplicadas repeticiones, que ya desde el colegio había sido poco de mi gusto, y esto sea dicho con todo el respeto debido a su autor. Ha habido un tiempo en que un esceso de finura en el buen gusto de los pueblos no consentia que, bajo pretesto alguno, se presentasen desnudeces desagradables; y así era que para el traductor elegante la ley absoluta consistia en dar íntegro el pensamiento del original, pero encuadrándolo á lo mas puro y fino que pudiese hallar en su propio idioma. Ahora, esencialmente en todo lo vetusto, no se admite como traduccion la que no da la perfecta equivalencia hasta de los epitetos menos significantes del autor; que no lleva el tipo mismo del original, sin entrar en discernir si por la diferencia de los usos y lenguages hay en ello posibilidad. Una prueba incontrastable de ello es que, si el abate Delille ha puesto las Geórgicas y la Eneida de Virgilio en una poesía francesa ínimitable, que llegó á merecerle el que se dijese en su tiempo que ya el Cisne Mantuano era frances, al cabo los presentes anticuarios han declarado que estas obras no eran traducciones y que no se podía conocer á Virgilio por ellas. En la obra de que se trata he hallado siempre la version material de las espresiones como imposible, no sabiendo como, con la delicadeza del gusto moderno,