del mal resultado, al considerar que cuanto mas elevado y difícil fuese el metro que se adoptase, siendo el asunto á veces tan prolijo y material, tanto menos fácil seria verterle con exactitud y propiedad. Yo creo que esta es la causa por la cual en frances, no se hace mérito de ninguna traduccion aconsonantada de Homero, siendo menos estraño en aquel idioma, que no admitiendo el verso blanco, ha hecho pensar á sus poetas que la sujecion de la rima y Homero no podian coincidir. No habia pues para mi mas que optar entre la prosa y el verso libre; yo estaba por lo primero; pero la misma ley de condescendencia que me obligó á emprender la obra, hizo que me sujetase á la forma de estilo que era menos de mi propension, alegándome por últimas razones, que Homero siendo todo poesía y la lengua española tan poética, la prosa no se habia de admitir. Cedí; probé los primeros cantos y tengo escritos los testimonios del estraordinario encomio que mereció mi trabajo. No soy tan ciego que no viese en tan abultados elogios una estimulante indulgencia como recompensa de un tan ímprobo trabajo. Fuese lo que se quiera, ello es que me dejé llevar de la aprobacion y seguí, siendo el resultado la obra tal cual va puesta á continuacion. En ella he procurado de cuando en cuando sembrar algunas asonancias para neutralizar la sequedad y estrañeza de todas las caidas. No sé si he hecho bien ó mal: el lector, si es poeta lo juzgará; pero temo que en un texto, á mi ver, á veces tan difuso, la construccion poética haya producido obscuridad, ó cuando menos confusion.
Cumplamos ahora con nuestra palabra señalando los moldes de que me he servido para mi fabricacion. Cuando se me quiso impeler á una empresa para mi tan ardua y repugnante, se me dijo que esta obra faltaba a la literatura española, pues que seguramente no se puede hacer mérito de una traduccion del secretario Gonzalo Perez, publicada por la imprenta real en 1767. A mí, que no puedo haber desempeñado bien tan delicado encargo, no me toca hablar de otro que lo quiso probar primero; solo diré que hallo que este traductor no tomó su tarea con seriedad. Ciertamente, pues, era una consideracion para un amante de las letras el regalar á su patria una tan preciosa antigüedad;