Por agenas noticias has sabido!
¡Ay que su infeliz madre le dio el dia
Para ser de los hombres el mas triste!
No mi dolor lisonjear intentes;
No compadezcas mi sensible pecho;
Mal usarás piedad: Di cuanto viste;
Cuanto supistes dime, y dílo todo.
Si alguna vez en los troyanos campos
Mi padre, el virtúoso y fuerte Ulises,
O por sus nobles hechos ó sus voces,
Supo probarte una amistad honrosa,
¡Oh, dígnate en tal lance no olvidarla,
Y de su historia no me ocultes nada! »
— « ¡Oh, cuántas desventuras, tierno amigo,
Con cuán tristes recuerdos me emponzoñas!
Nestor esclama: ¡Cuántas ansias fieras
De Ilíon en los campos me tocaron;
Cuántas sobre las olas tras de Aquiles
A fin de enriquecer nuestros soldados,
Y de Priamo cuántas bajo el muro
Do yacen tantos héroes sepultados,
Do de Grecia la flor quedó eclipsada!
Allí cayera el invencible Ayace,
Aquiles sin igual, Patroclo el Divo;
Allí, Antiloquio, de mis venas hijo,
En los combates tan altivo y fiero,
Tan constante y veloz en la carrera,
¡Allí cayó tambien!... ¡Oh, cuántos otros
Reveses inauditos!... ¡quién podría
Contar tan lamentable y cruda historia!
Si un lustro aquí pasaras preguntando
La serie de tan fúnebres sucesos,
Cansado á tus hogares regresaras
Antes que concluir su lista amarga.
Por nueve años cumplidos empleamos
En torno de aquel muro harto famoso
Cuantos ardides en la guerra caben,
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