Página:La Odisea (Luis Segalá y Estalella).pdf/214

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
214
LA ODISEA

que me han seguido á Pilos, llévate ahora mi huésped á tu casa, trátale con solícita amistad y hónrale hasta que yo llegue.»

544 Respondióle Pireo, señalado por su lanza: «¡Telémaco! Aunque fuere mucho el tiempo que aquí te detengas, yo me cuidaré de él y no echará de menos los dones de la hospitalidad.»

547 Cuando así hubo hablado, subió á la nave y ordenó á los compañeros que le siguieran y desataran las amarras. Éstos se embarcaron en seguida, sentándose por orden en los bancos. Telémaco se calzó las hermosas sandalias y tomó del tablado del bajel la lanza fuerte y de broncínea punta, mientras los marineros soltaban las amarras.

553 Hiciéronse á la vela y navegaron con rumbo á la población, como se lo mandara Telémaco, hijo amado del divinal Ulises. Y él se fué á buen paso hacia la majada donde tenía innumerables puercos, junto á los cuales pasaba la noche el porquerizo, que tan afecto era á sus señores.