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EPÍST. DE S. PABLO A LOS ROMANOS.

tiene el poder? Pues obra bien, y merecerás de el alabanza;

4 porque el príncipe es un ministro de Dios puesto para tu bien. Pero si obras mal, tiembla, porque no en vano se ciñe la espada; siendo como es ministro de Dios, para ejercer su justicia castigando al que obra mal.

5 Por tanto es necesario que le estéis sujetos, no solo por temor del castigo, sino tambien por obligacion de conciencia.

6 Por esta misma razon les pagais los tributos, porque son ministros de Dios, á quien en esto mismo sirven.

7 Pagad pues á todos lo que se les debe; al que se debe tributo, el tributo; al que impuesto, el impuesto; al que temor, temor; al que honra, honra.

8 No tengais otra deuda con nadie, que la del amor que os debeis siempre unos a otros, puesto que quien ama al prójimo, tiene cumplida la Ley.

9 En efecto, estos mandamientos de Dios: No cometerás adulterio; No mataras; No robarás; No levantarás falso testimonio; No codiciarás nada de los bienes de tu prójimo; y cualquier otro que haya, están recopilados en esta expresion: Amarás á tu prójimo como á tí mismo [1].

10 El amor que se tiene al prójimo, no sufre que se le haga daño alguno. Y así el amor es el cumplimiento de la Ley.