ridad, trascribo a continuacion algunos tópicos que sobre este mismo tema desarrolla una interesantísima Revista estranjera de reciente fecha.—(La Lectura, julio de 1905).
»La Instruccion Primaria, segun algunos sociólogos habian previsto, traia consigo, obligadamente, la alimentacion gratuita, si aquella enseñanza habia de producir los efectos apetecidos. Estamos ya en camino de este adelanto. Los periódicos ingleses han removido la cuestion estudiándola desde puntos de vista mui diversos.
»El punto de partida es éste: ¿Sirve de algo dar instruccion a seres que no han de aprovecharla ni hacerla útil a la Sociedad, porque el estado de miseria fisiolójica en que se hallan los dejará fuera de la batalla de la vida? ¿Para qué alimentar las intelijencias si no alimentamos los cuerpos en que aquéllas se cobijan? ¿No representará pérdida de tiempo i de dinero? Los niños pobres a quienes el Estado obliga a instruirse, dicen deben ser alimentados por el Estado. Para algunos esta es una consecuencia lójica e irrefutable del sistema de instruccion obligatoria. I viene a robustecer este criterio novísimo, el grito de alarma dado por los pesimistas que hablan de la dejeneracion de la raza por insuficiencia de alimentacion en los niños que concurren a las escuelas públicas.
»Adviértese que en este movimiento, se aparta cuidadosamente toda idea de filantropía o de caridad; se pide la alimentacion gratuita del niño pobre que concurre a las escuelas, basándose en el derecho que el escolar tiene a ello. La sociedad le obliga a instruirse con el fin de hacerle miembro útil; le impone un trabajo, le obliga a él; i en cambio debe sostenerle, si es que carece de medios o recursos propios.» (Tomado de una correspondencia londinense sobre asuntos discutidos