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EL RIO NEGRO Y SUS AFLUENTES

mento que adquiere en las angosturas, ni es extraordinaria, ni puede ser un obstáculo para los progresos contemporáneos de los recursos de la navegación.

Por otra parte, el rio Negro tiene una profundidad uniformemente mayor de cinco pies, siendo, como dijimos, esta la honduira de los malos pasos; mientras que en en trechos sube á mas de 30 pies en épocas de crecientes. En consecuencia, las zonas del Negro entre el Neuquen y el Choele-Choel, y entre este punto y el Carmen, constituyen dos canales de fácil navegación.

El fondo del rio en este largo trayecto es naturalmente inofensivo á la quilla y hélice de los buques, y se forma de arena, fango y cantos rodados; pero hay obstáculos artificiales, que es necesario evitar, desplegando vigilancia en la navegación: tales son los que opone la tronquería.

El diario de Villarino no habla de sus consecuencias en el rio; pero Ramirez y Guerrico tuvieron ocasión de tropezar con troncos, que deteniéndose en los canales forman el punto de concentración de las arenas y obstruyen el tránsito con bancos repentinamente levantados. Guerrico tocó un tronco al remontar el rio y á los seis meses, cuando volvia de Choele-Choel, se habia formado allí un banco de arena.

Los bancos del rio Negro, no son fijos ni se levantan en los canales, porque las corrientes impiden su formación, y como los de los rios caudalosos, aparecen y desaparecen sin cesar, burlando la mas severa vigilancia del esperto navegante. El comandante Guerrico ha marcado con precisión y esmero en el plano los bancos notables que halló en su camino.

La tronqueria era muy numerosa en 1872, debido sin duda á arrastres de los afluentes que se precipitan desde los Andes, porque en las márjenes del rio Negro, no hay