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pe cuadraba la bella aunque mal aplicada frase pronunciada por Laffayelle el año 30, desde el balcón del Hotel de Ville, el rey coronado quiló todas sus asperezas al rey de la historia, penetró en su corazón y vio satisfecho su orgullo de llegar á ser el amigo predilecto de Herculano que , fiel á aquel ca riño, lloró el dia que le llevó la muerte, se retiró á ua valle solitario, y nunca acierta á dec;r palabra ni á tener los ojos enjutos cuando se nombra á don Pedro V.

Federico de Prusia era, pues, el déspoto del siglo XVIII, que entre sus alardes de fuerza bruta, se entretenía en provocar á Votaire, á hablar de Platón, de inmortalidad, de libertad y otras cosas: Don Pedro de Portugal era el hijo del siglo XIX, amamantado en la ciencia que, inclinando ante el genio del pensador su cabeza coronada, pedia á Hercula no luz, no para iluminarlas intrigas miserables de la politica menuda, sino para alumbrar su camino por la transformación social del presente y los destinos de lo futuro.

Hemos dicho que el gran historiador interrumpía un dia de la semana el método de su vida y sus tareas. En su descanso del sábado reunía á su mesa diez ó doce jóvenes, de los que con mas provecho cultivaban las letras; volvíase el mismo joven, en medio de aquella sociedad y recobraba la jovialidad que se gasta y se borra en quien, como él, dedica su viva á ser severo é implacable en el juicio de los sucesos y de los hombres.

En aquella reunión de talentos escogidos, que acudían á oír la voz del maestro, había libertad de discusión , nunca se reprimían los ímpetus de la generación nueva, y cuando Herculano terciaba en la palestra, era para aconsejar á los animosos, para animar y fortalecer á los tímidos, hallando descanso de las fatigas de la semana en nuevo y muy importante servicio á las letras , por medio de una enseñanza que no tenia aire de tal. Todo lo que hoy se distingue y brilla en la literatura portuguesa ha brotado de los sábados de la casa de Ajuda.

Allí, en un ángulo de la planta baja de la casita de que hemos hablado , hay una pieza de quince pies en cuadro, ahora solitaria , que ha sido el gabinete de trabajo del gran escritor y el teatro de bien interesantes escenas. Todo se conserva en aquel aposento como en mejores tiempos: la estantería de libros que cubre las paredes, la chimenea de hierro á cuyo amor conversaron en algún día de frío dos amigos ardientes; la mesa de trabajo del escritor; el gran sillón enviado como regalo de Alemania, todo, menos el pensador, que huyó á esconderse en un valle cuando el amigo abandonó este planeta. En el próximo artículo acabaremos de conocer al gran historiador, es decir, de Herculano y del rey.

Rosi.


ILUSTRACIONES ESTRANJERAS.

Como verán nuestros lectores, en la plana 12 publicamos cuatro grabados que son reducciones de los cuatro grandes dibujos de actualidad que han dado á luz últimamente las Ilustraciones mas notables de Europa.

Este sistema proporcionará á nuestros suscritores ocasión de poseer copias de los mejores grabados estranjeros y detalles de los acontecimientos mas interesantes, de mas actualidad.

Hé aquí la descripción de los cuatro que hoy reproducimos.

RECEPCION DEL REY DE LOS BELGAS EN LONDRES.


A principios del mes que rige, tuvo lugar en Londres la visita oficial y recepción de las corporaciones de la ciudad y otras muchas municipalidades del pais, á cuya cabeza figuraban los lores-tenientes y grandes sheríffs de los condados, asi como la oficialidad de los cuerpos do voluntarios del reino, que habían acudido con el objeto de felicitar al rey de los belgas y ofrecerle sus respetos, cuya ceremonia se verificó en el palacio de Buckingham.

El rey se había alojado en Claridge's-Hotel, pero por la circunstancia de ir á visitar á la reina de la tiran-Bretaña, se pusieron á su disposición diferentes piezas del palacio, de las que están destinadas para ceremonias del Estado.

El primer mensaje, esto es, el de la Cité de Lóndres y de las autoridades del Condado, fue promovido por una comisión representada por el lord-corregidor y los sheríffs de Lóndres y de Míddleser; mensaje al cual se dió el nombre de «Mensaje nacional.» Los otros procedían de la «Asociación de tiradores nacionales,» en cuyas oficinas se verificó una reunión el 13 del mes pasado, en la que SE acordó ofrecer á S. M. belga un mensaje de felicitación cuando viniese á visitar la Inglaterra, con cuyo objeto se nombró una comisión compuesta de oficíales de alta graduación y otros personajes.

Informados de este proyecto los jefes de los demás cuerpos de voluntarios, se adhirieron á él, solicitando que las firmas de más de 300 tenientes coroneles figurasen en dicho documento, unidas á las de multitud de miembros de !a nobleza , á cuyo frente se hallaban dos principes de la familia real.

Reunidas en Malborough-IIouse las tres secciones en que, para evitar la confusión, se convino dividir la comitiva, continuó esta su marcha hasta el palacio.

Las doce menos cuarto serian cuando el lord-corregidor, apeándose del coche y seguido de toda la comitiva, entraba por las puertas de la real morad i: recibido con las ceremonias de costumbre, fue introducido por la grande escalera de honor á la sala de recepción ; y como si el cielo hubiese querido tomar parle en esta manifestación internacional, el tiempo, que estaba frió y nebuloso, cambió repentinamente, y disipándose la espesa niebla, el sol dejó ver sus pálidos rayos, por no acostumbrar mostrarse de otro modo, sobre todo en Londres, durante la presente estación. Cambio atmosférico que fue recibido con júbilo entusiasta por el inmenso gentío agrupado en las inmediaciones del palacio.

Mientras tanto, el rey salia de sus habitaciones de Claridge's-Hotel, y dirigiéndose por distinto camino, era recibido á las puertas del jardín del palacio por el vizconde de Sidney, lord chambelán de la reina y otros personajes, dispensándosele los honores régios por el 2.° batallón de granaderos de la G. R., que daba el servicio del palacio. S. M. vestía el uniforme de general belga, y sobre su pecho brillaban las insignias del Orden de la Jarretiere y de Leopoldo de Bélgica. Enlrc las personas que le acompañaban, distinguíanse el conde de Lannois, Mr. de Vaux, secretario particular de S. M., el doctor Smith, su médico de cámara, el barón de Beaulieu, ministro belga, con los empleados de la Legación y algunos de sus ayudantes de campo.

Lord Tarrigton, gentil-hombre de la reina, comisionado para acompañar á S. M. belga, al dar las doce, lo introdujo en la sala de recepción, en la cual se había preparado una estrada cubierta con un dosel. Colocado S. M. en esta estrada, y después de haber saludado á la Asamblea, manifestó hallarse dispuesto á recibir el Mensaje. Adelantándose entonces el lord-corregidor algunos pasos, dijo que este documento era la expresión verdadera de los sentimientos de la nación, representada por más de 300 alcaldes, lores-tenientes, grandes sheríffs y otras personas notables del reino; que en él no fallaba más que la firma de un solo alcalde,—el de la ciudad de Manchester,—por hallarse ausente de Inglaterra.

Leido el Mensaje por el capitán Mercier, el lord-corregidor dijo que esta manifestación no tenia ningún carácter político, sino que era simplemente una muestra de la confianza que abrigaba de que se mantendrían siempre las buenas relaciones que existían entre ambas naciones.

Terminada la lectura del Mensaje y su contestación, el rey, bajando de la estrada, recorrió por ambos lados las filas de los oficiales, y después de conversar con ellos algunos momentos, se retiró en medio de un burra general, acompaña do del choque de las armas en el pavimento.

ROCHEFORT Y SUS ELECTORES.

Todo cuanto podríamos decir aquí acerca del ciudadano Rochefort, diputado de la primera circunscripcion de París, lo sabrán ya nuestros lectores por los diarios de todos los países, que no vienen ocupándose de otra cosa há muchos dias.

Grandes y tempestuosos han sido los debates, ó por mejor decir, las disputas que han tenido lugar en los clubs de los irreconciliables y hasta ultra-irreconciliablcs demócratas de la capital de Francia, particularmente en la reunión electoral de Folies-Belleville, donde Rochefort ha debutado como orador político, no con grande elocuencia, por cierto. Pero ¿para qué necesita ser elocuente el diputado que, como Rochefort, asegura no necesitar «mas que diez minutos para resolver la cuestión social»? Es claro que en diez minutos difícilmente pueden aplicarse todas las reglas de la elocuencia oratoria ó no oratoria. Por eso, sin duda, los electores de la primera circunscripción de Paris han preferido al redactor de la Lanterne á otros candidatos oradores mas elocuentes, que no faltan hoy entre los enemigos irreconciliables del imperio francés.

En vano, periódicos y folletos han tratado de ridiculizar la elección de Rochefort, si es que se puede ridiculizar al elegido por gentes cuyas ideas políticas, económicas y religiosas más se prestan á hacer llorar que reir.

En fin, el ultra-irreconciliable Rochefort es ya honorable miembro del cuerpo legislativo francés.

LLEGADA DEL AGUILA A ISMAILIA.

La escuadrilla de inauguración del Canal de Suez, á cuyo frente iba el Aigle, hizo en pocas horas la travesía de Puerto-Said á Ismailia. El itinerario de este viaje es el siguiente.

Al salir de Pnerto-Saíd, se entra en los lagos de Menzaleh, desde donde se vislumbran á lo lejos los islotes fangosos, así como las orillas donde están situadas las cabañas de los pescadores árabes. Se pasa en seguida por delante de kantara, ciudad importante en otro tiempo, es decir, durante el reinado de las dinastías egipcias, y créese que también bajo la dominación romana. Hoy ha desaparecido ya ese gran centro de población: apenas si quedan vestigios de su antiguo esplendor. Kantara no es mas que el actual campamento de la compañía del Istmo de Suez, y en lugar de sus antiguos edificios, solo se ven casas de madera. Sin embargo, no dejará de comunicar nueva vida á ese villorrio su comunicación con el canal que, con asombro y regocijo de propios y extraños, se acaba de inaugurar tan felizmente.

Un poco mas allá de Kantara se halla El Perdane, donde la compañía ha establecido una gran fábrica de yeso, de la cual han salido la mayor parle de los materiales para la construcción del Canal. Llégase luego á El Guisr, vasto montón de arena, con cerca de cuatro leguas de extensión, atravesado por el cauce del Canal. En esa especie de desierto existe una aldea de 2,00 habitantes, que han construido en ella una mezquita y una iglesia. El Canal se continúa al través de una zanja profunda hasta la entrada del lago Timsah. Allí, las dos orillas se atajan de improviso, y hállase uno en presencia de una larga loma de agua, la cual era en otro tiempo un estanque fangoso, y que el Canal ha convertido en una especie de vertiente del Mediterráneo con cerca de 2,000 hectáreas de superficie y tíi kilómetros de circunferencia.

En las orillas del lago Timsah, el Kelive ha hecho construir una hermosa quinta de recreo, desde donde se divisan los lagos Amargos. Llégase luego á Ismailia, que es una verdadera ciudad y una estación de las mas importantes. Tiene buenos edificios, mezquitas, iglesias, paseos, y un eslenso muelle en el canal de agua dulce que separa la población del lago Timsah.

Tan luego como el Aigle fue visto por los habitantes de Ismailia, salieron á recibirlo multitud de barcos de vapor y de remo, y fue saludado por la artillería de los grandes buques que esperaban su llegada.

La escuadrilla se detuvo en Ismailia hasta el dia siguiente ile su arribo á este puerto, destinado á ser el punto de parada y carenaje de todas las embarcaciones que hagan la travesía del Istmo. Después del Aigle, muchos barcos anclaron en las orillas del lago, é Ismailia vióse muy pronto llena de gente que poco antes poblaba las calles de Alejandría y de Puerto-Said.

Ai otro dia, bajó á tierra la emperatriz Eugenia, trasladándose á caballo hasta El Guisr, donde visitó las obras concluidas que no había podido ver aun detenidamente. Volvióse luego S. M. á Ismailia, donde recibió á las señoras de la ciudad en la casa de campo del señor Leseps. El emperador de Austria y los príncipes de Prusia y Holanda, acompañados del vírey, recorrieron en seguida las principales calles de la población. La escuadrilla regresó el 10 á Suez.


Insurrección De Dalmacia.


La Dalmacia actual forma cerca de la mitad de esa hermosa herencia de la república de Venecía, que el general Bonaparle abandonó al Austria en virtud del tratado de CampoFormís, y que volvió á tomar en virtud de otro tratado, el de la paz de Presburgo.

Desde Trieste á Callaro, los moradores son en el fondo eslavos. En las costas y poblaciones, los venecianos han mezclado, en mayor ó menor proporción, su sangre italiana con la eslava, el elemento germánico es allí insignificante, si bien en el ejército y en la administración abundan los alemanes. La lengua oficial del gobierno austríaco, es la italiana.

En la costa comprendida desde la punta de Istría hasta Ragusa, se halla situado el archipiélago ¡lirio, formado por quince islas importantes, largas, estrechas, y acompañadas de algunos islotes y escollos que hacen difícil la navegación.

Después de Zara, Ragusa es la ciudad mas importaute de la Dalmacia. A partir de esta última población, el mar es libre, y las montañas parecen hundir en él sus elevadas cimas, cortadas á pico. Estas montañas están casi desprovistas de vegetación. Solamente en sus faldas se cultivan el olivo y la viña. Alrededor de Ragusa se ven casas en ruinas, que no han vuelto á ser reedificadas desde las escursiones que, en tiempo de Marmont, hicieron allí los montenegrinos, bajo el fuego de los cañones de la plaza.