Página:La ilustración española y americana 1870.pdf/73

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los cuales no suelen bastar á las muchas personas que los solicitan. Tanto se va generalizando el uso de los velocípedos, que los fabricantes no pueden dar abasto a todos los pedidos, siendo cada vez mayor su empeño por aumentar la velocidad de estas máquinas.

El velocípedo de una rueda, cuya forma puede verse en el grabado de este número, es sin duda alguna el que merece la preferencia , por la rapidez de su carrera, la cual ha hecho que se le llame máquina de volar. El inventor de este velocípedo pretende que con él se corre un espacio de 2a millas por hora, lo cual solo puede hacerlo el que haya adquirido completa perfección en el equilibrio y manejo del aparato, y no tenga miedo de sufrir alguna peligrosa caida. La rueda de este velocípedo tiene la altura de 12 pies, y da 50 vueltas por minuto; en la parte mas alta do ella se halla colocada una pequeña silla sostenida por muelles de acero, en la que se colora el cabalgador, quien no deja de ofrecer desde esta altura una vista agradable, apoyando sus pies sobre una especie de zancos unidos por medio de clavijas, las cuales están aseguradas por cada lado al eje de la rueda. Preciso es confesar que se necesita para mantenerse sobre esta rueda la misma habilidad que ha menester un gimnasta para bailar sobre una cuerda.

Más comodidad ofrece el velocípedo de una rueda de Hemmings (Véase el grabado). En éste el ginete está sentado en el centro de la rueda grande, y dirige el movimiento por medio de un mecanismo indicado en el mismo grabado. Si desea volverse á la derecha ó á la izquierda del camino recto, no tiene mas que inclinar el cuerpo al lado correspondiente ó guiar la rueda apoyando los pies en el suelo. La pieza de hoja de lata colocada encima de la cabeza del velocipedista sirve para resguardarle del barro ó polvo que cae de la rueda. El inventor pretende que la velocidad de esta máquina, lormada por una rueda de 5 pies de diámetro, equivale á la de los mejores caballos, y habiendo dado una carrera en competencia con un galgo, éste no pudo seguir al velocípedo.

También se ha inventado un velocípedo para el hielo (véase el grabado), que se halla construido como los velocípedos comunes; tiene tan sólo una rueda delante, y en lugar de las prosteriores tiene dos hierros acerados, iguales á los de los patines. La velocidad con que se desliza sobre el hielo, es estraordinaria.

Para evitar el cansancio que produce todo velocípedo, por mas sencillo y ligero que sea, se ha ideado por un ingeniero un velocípedo de vapor. Nuestro grabado presenta un bosquejo, en el que sólo se ve la pequeña caldera de cobre á presión alta, y no los dos pequeños cilindros de vapor á ambos lados ni sus guías y clavijas, cuya construcción puede figurarse el lector. Hallándose esta máquina todavía en proyecto, no nos permite prejuzgar sus ventajas, que creemos sin embargo serán inmensas.

El tiempo demostrará la conveniencia de las invenciones indicadas arriba cuyo uso no deja de ser más ó ménos trabajoso. Sin embargo, los que desean mayor comodidad prefieren el velocípedo á tres ruedas invención reciente de Tremper que verdaderamente merece preferencia sobre todos los demás. Este velocípedo, cuyo grabado damos también, es bastante sencillo para poderse construir á poca costa, y bastante seguro para servir á los principiantes; camina con una velocidad suficiente para satisfacer á las pretensiones prudentes, y por fin es bastante cómodo para ser usado por personas altas y bajas, gruesas y delgadas, jóvenes y ancianas.

La rueda delantera es el motor y está tan próxima á las dos ruedas posteriores, que la máquina se puede dirigir con la misma facilidad que las de los velocípedos de dos ruedas. Esta disposición es la que distingue á los velocípedos de Tremper de todos "los demás de tres ruedas, usados hasta ahora, los cuales tienen las dos ruedas de detrás colocadas á demasiada distancia de la de delante para ofrecer bastante seguridad.

ENRIQUE ROCHEFORT.

EMILIO OLLIVIER, JEFE DEL GABINETE FRANCES.

Velocípedo para andar sobre el agua inventado por el reputado ingeniero mecánico Mr. Delasnes —Para continuar