Página:La música como develadora del sentido del arte en Marcel Proust.djvu/110

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tanto completa. La impresión, y no el arte, tiene la última palabra. Por otra parte, como sostiene B. Bucknall“‘°, éste va de la impresión sensible al espiritu. Pero la música es una mediadora imprescindible en la historia de la vocación del héroe hacia el descubrimiento de la extratemporalidad y la recuperación del sentido del arte. Pues si la extratemporalidad constituye al artista, permite también que se despeje acabadamente el mensaje que la música ha transmitido durante toda la obra, cuya dificultad de comprensión depende de nuestra misma condición temporal y al que habrá, en forma irremediable, que seguir interrogando, pues la música no se detiene en su descubrimiento. La tarea técnica de los musicógrafos -otros intermediarios entre el autor y el público, y esta multiplicación de intermediarios también introduce el tiempo, el azar y la incertidumbre sobre la posibilidad de recuperación de la obra- es establecer parentesco y genealogía de esta frase de Vinteuil. Sin embargo, sus razones son accesorias y sus analogías exteriores, pues se fundan en el razonamien- to, más que en la impresión directa y este razonamiento está determinado por el hábito a lo útil y conocido. No puede apreciar las impresiones originarias de un descubrimiento que, precisamente, ha de dirigirse contra el hábito y lo aparente- mente conocido. Y las impresiones que sentimos en las obras de Vinteuil establecen una diferencia esencial, como si a pesar de la ciencia, dice el narrador, existiese lo individual. Pero Vinteuil es original, pero no por rechazar semejanzas o similitu- des. Cada nueva obra adquiere su esencia individual, de las similitudes profundas y la semejanzas deliberadas. La repetición y la variación no se oponen sino que se sintetizan en el arte musical, y la originalidad, no resulta de la negación de lo antiguo, sino de una modificación y elaboración de lo mismo. Pero esto ocurre en dos niveles diferentes. Están las semejanzas buscadas por la inteligencia, que son superficiales: repetimos y diversificamos una misma frase (cambios de ritmos, vuelta a la forma originaria). Estas semejanzas no son nunca tan fundamentales, como ias involuntarias y disimuladas, que se advierten bajo medios diferentes, entre las obras maestras. Hay una similitud más profunda, que Proust introduce en la concepción de la música, al avanzar más allá de lo anterior, que es lo reconocido en la armonia 111 de la música, como se vincula necesariamente con la extratemporalidad, no es por