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LA VUELTA DE MARTIN FIERRO

Recordarán que quedamos
Sin tener donde abrigarnos;
Ni ramada ande ganarnos
Ni rincon ande meternos
Ni camisa que ponernos
Ni poncho con que taparnos.

Dichoso aquel que no sabe
Lo que es vivir sin amparo;
Yo con verdá les declaro,
Aunque es por demas sabido—
Dende chiquito he vivido
En el mayor desamparo—

No le merman el rigor
Los mesmos que lo socorren—
Tal vez porque no se borren
Los decretos del destino,
De todas partes lo corren
Como ternero dañino.

Y vive como los vichos
Buscando alguna rendija—
El güerfano es sabandija
Que no encuentra compasion,
Y el que anda sin direcion
Es guitarra sin clavija.

Sentiré que cuanto digo
A algun oyente le cuadre—
Ni casa tenii, ni madre,
Ni parentela, ni hermanos;
Y todos limpian sus manos
En el que vive sin padre.

Lo cruza este de un lazazo,
Lo abomba aquel de un moquete,
Otro le busca el cachete
Y entre tanto soportar,
Suele á veces no encontrar
Ni quien le arroje un soquete.

Si lo recogen lo tratan
Con la mayor rigidez—
Piensan que es mucho tal vez
Cuando ya muestra el pellejo
Si le dan un trapo viejo
Pa cubrir su desnudez.

Me crié, pues, como les digo,
Desnudo á veces y hambriento,
Me ganaba mi sustento,
Y ansi: los años pasaban—
Al ser hombre me esperaban
Otra clase de tormentos.

Pido á todos que no olviden,
Lo que les voy á decir;
En la escuela del sufrir
He tomado mis leciones;
Y hecho muchas refleciones
Dende que empecé á vivir.

Si alguna falta cometo
La motiva mi inorancia,
No vengo con arrogancia;
Y les diré en conclusion
Que trabajando de pion
Me encontraba en una estancia.

El que manda siempre puede
Hacerle al pobre un calvario;
A un vecino propietario
Un boyero le mataron—
Y aunque á mí me lo achacaron
Salió cierto en el sumario.

Piensen los hombres honrados
En la vergüenza y la pena
De que tendria la alma llena
Al verme ya tan temprano
Igual á los que sus manos
Con el crímen envenenan.

Declararon otros dos
Sobre el caso del dijunto;
Mas no se aclaró el asunto,
Y el Juez por darlas de listo,
«Amarrados como un Cristo,
«Nos dijo, irán todos juntos.»

«A la Justicia Ordinaria
Voy á mandar á los tres.»—
Tenia razon aquel Juez,
Y cuantos ansí amenacen;
Ordinaria,... es como la hacen
Lo he conocido despues.

Nos remitió como digo
A esa Justicia Ordinaria—
Y fuimos con la sumaria
A esa cárcel de malevos,
Que por un bautismo nuevo
Le llaman Penitenciaria.—

El porque tiene ese nombre
Naides me lo dijo á mí
Mas yo me lo esplico ansi:—
Le dirán Penitenciaria—
Por la penitencia diaria
Que se sufre estando allí.

Criollo que cai en desgracia
Tiene que sufrir no poco—
Naides lo ampara tampoco
Sino cuenta con recursos—
El gringo es de mas discurso,
Cuando mata, se hace el loco.

No sé el tiempo que corrió
En aquella sepoltura;
Si de ajuera no lo apuran,
El asunto vá con pausa;
Tienen la presa sigura
Y dejan dormir la causa.