Página:Las Maravillas Del Cielo.djvu/39

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Cundió la noticia, y poco después empezaron á fabricarse anteojos, llamados de larga vista por la propiedad que en ellos se observaba de hacer ver los objetos lejanos con la misma ó mayor claridad que si estuviesen muy cerca. Los más sencillos de estos anteojos constaban de tres lentes, encajadas en un tubo más ancho en la parte superior que en la inferior, que era por donde se aplicaba á la vista. La lente mayor era biconvexa, había luego otra convexa, y por último, una tercera cóncava, que era la que servía de ocular ó punto de mira, llamándose á la mayor objetivo y sirviendo la de en medio para que los objetos apareciesen en su verdadera posición y no invertidos, como sucedía con dos vidrios solos. Poco á poco fueron perfeccionándose estos aparatos, dividiéndose, según el uso á que se les destinaba, en anteojos de campaña ó catalejos, y en anteojos astronómicos, destinados, como su nombre lo indica, á la contemplación de los cuerpos celestes. La diferencia fundamental entre unos y otros es que en los astronómicos, y con objeto de evitar pérdidas de luz, falta el vidrio ó serie de vidrios intermedios que se necesitan para evitar que aparezcan las cosas del revés; de modo que al mirar la Luna, por ejemplo, con un anteojo astronómico, lo de arriba aparece abajo, y lo de la derecha á la izquierda: pero en cambio la imagen gana mucho en claridad y precisión.

Hoy, así los anteojos terrestres ó de larga vista, como los astronómicos, tienen muchos más vidrios que los dos ó tres indispensables, y además son de una construcción muy complicada; pero funda-