cendientes de Abbas al trono de los califas fué cuando se admitió á la familia de los Barmakidas en el consejo de los visires, é iluminó la tierra con su brillo. Porque el primer visir que salió de su seno fué Khaled ben Barmak, á quien eligió por gran visir el primero de los Abbasidas, Abú'l Ab- bas Es-Saffah. Y bajo el reinado de Al-Mahdi, ter- cer Abbasida, Yahia ben Khaled quedó encargado de la educación de Harún Al-Rachid, el hijo prefe- rido del califa, aquel mismo Harún que habia na- cido solamente siete días después que El-Fadl, hijo de Yahia.
Así es que cuando, después de la muerte inopi- nada de su hermano mayor Al-Hadi, Harún Al-Ra- chid se revistió de las insignias de la omnipotencia califal, no tuvo necesidad de evocar los recuerdos de su primera infancia, pasada al lado de los niños Barmakidas, para llamar á Yahia y á sus dos hijos á compartir el poder soberano; no tenía mas que recordar los cuidados prestados á su infancia por Yahia, y la educación que le debía, y la abnega- ción de que aquel servidor de todas las fidelidades acababa de darle prueba desafiando, por asegurarle la herencia al trono, las amenazas terribles de Al- Hadi, muerto la misma noche en que queria que cercenaran la cabeza á Yahia y á sus hijos.
Así es que cuando Yahia fué á media noche en compañía de Massrur á despertar á Harún para notificarle que era dueño del Imperio y califa de Alah sobre la tierra, Harún le dió inmediatamente