cantadora joven que me fué dado entrever una ma- ñana al pasar por un jardin.» Y se interrumpió un momento; luego repuso: «Has de saber, en efecto, ¡oh más ligero que el céfiro! que en el reino limí- trofe de este reino de tu padre, Nujum-Schah, vive en espera del jovenzuelo de sus sueños, en espera tuya, ¡oh Jazmín! una huri de raza real, de rostro. de hada, vergüenza de la luna, una perla única en el joyero de la excelencia, una primavera de loza- nia, un nicho de belleza. Su cuerpo delicado color de plata está moldeado como el boj; un talle tan fino como un cabello; un porte de sol; unos andares de perdiz. Su cabellera es de jacintos; sus ojos he- chiceros son cual los sables de Ispahán; sus meji- llas son como, en el Korán, el versículo de la Be- lleza; sus cejas arqueadas, como la surata del cála- mo; su boca, tallada en un rubi, es asombrosa; una manzanita con un hoyuelo en su mentón, y el grano de belleza que lo adorna es un remedio contra el mal de ojo. Sus orejas pequeñísimas no son orejas, sino minas de gentileza, y llevan, å manera de pen- dientes, corazones enamorados; y el anillo de su nariz una avellana-obliga á la luna llena ȧ po- nerse al cuello el gancho de la esclavitud. En cuanto á la planta de sus dos piececitos, es de lo más encantadora. Su corazón es un pomo de esen- cia sellado, y su espíritu está dotado del don su- premo de la inteligencia. ¡Si avanza, se promueve el tumulto de la Resurrección! Es la hija del rey Akbar, y se llama la princesa Almendra; ¡benditos
Página:Las mil noches y una noche v23.djvu/214
Apariencia