PERO CUANDO LLEGÓ LA 969.a NOCHE
Ella dijo:
...Y el amigo de Maruf se golpeó las manos una contra otra y se dijo: «¿Qué nueva trapaceria del zapatero será esta? ¡Por Alah! ¿desde cuándo el trabajo de remendar calzado ha podido hacer á mi amigo Maruf poseedor y conductor de caravanas? ¡Pero Alah es el Todopoderoso! ¡Y ojalá vele por su honor y le preserve de la vergüenza pública!>> Y se quedó allí, esperando, como los demás, la lle- gada de la caravana.
Y en seguida hizo su entrada el cortejo en la ciudad. Y Maruf cabalgaba á la cabeza, más bri- llante mil veces que el rey, y magnífico y triun- fante hasta hacer estallar de envidia la bolsa de la hiel de los cochinos. Y le seguía la inmensa cara- vana escoltada por los hermosos mamaliks vestidos con telas maravillosas. Y tan hermoso y tan prodi- gioso era todo aquello, que nadie se acordaba de haber visto ú oído contar nada semejante. Y tam- bién el mercader Alí vió á Maruf en aquella situa- ción extraordinaria, y se dijo: «Está bien. Habrá combinado algo con su esposa, la princesa, para burlarse del rey.» Y se acercó á Maruf y logró re- unirse con él, á pesar de todo el aparato que le ro-