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LIBRO III.

fazer justicia de todos los malos fechos, e de todas las contiendas que acaescieren, tan bien sobre la partición, como sobre todas las cosas en la cavalgada, o en otra manera de guerra. E si por aventura ovieren sospecha que alguno, que tiene alguna cosa de las de la cavalgada, o de las otras encubierta o furtada, ellos deven mandar escudrinar las posadas de aquellos en que sospecharen. E por que su juyzio non valdrie nada, si non oviesen poder de fazerle conprir por alguna premia, mandamos que todos sean tenudos de ayudarles a fazerlo conprir. E si alguno non les quisiere ayudar sin la malestanza, que dixiemos que farie, tenemos por derecho que pierda quanto allí troxiere, e sea echado de la cavalgada.

AQUI SE ACABA EL LIBRO TERCERO,
E COMIENZA EL CUARTO LIBRO.


TITULO I.
DE LA JUSTICIA, COMO SE DEVE FAZER EN CADA LOGAR.

El grant amor que nos avemos a nuestras gientes, nos faze pensar e trabaiar. E por que les podamos fazer entender todas aquellas cosas, que sean mas a su pro e a su onra. E por que mas derechamiente fagan todos sus fechos, e sean guardados de caer en yerro de que les podiese venir daño. E por ende les mostramos en el primer libro lo que nos entendiemos, por que mas podrien ganar amor de Dios y e esta es la fe de que fablamos y. Ca sin ella non puede ome fazer cosa que a Dios plega. E en el segundo libro les mostramos aquellas cosas que mas conplidamiente podrien fazer lealtad, que es una de las meiores cosas del mundo. Ca el que esto non a, non puede otrosi ganar amor de Dios nin del mundo, e tanxiemos en las mayores cosas y por que esta lealtad mas se podrie ganar, asi como en guarda e en onra de su cuerpo del rey, e de su mugier, e de sus fijos, que son mas cerea dél, e del señorio, e de las otras cosas que son de dentro en el que mas apareiadamiente pertenesce al rey. E después les feziemos entender en el libro tercero por quales cosas podrien seer mejor guardados el rey e el regno de so uno, defen- diendo lo suyo de los enemigos, e conqueriendo dellos. E por esta carrera ganan paz para sus tierras. Mas en este quarto libro, que-