Página:Las siete tragedias de Sófocles - Biblioteca Clásica - CCXLVII (1921).pdf/120

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
100
TRAGEDIAS DE SÓFOCLES

tuviera algún indicio. Mas ahora, aunque soy el último de vosotros que ha obtenido la ciudadanía en Tebas, ordeno a todos los descendientes de Cadmo: Quien de vosotros conozca al hombre que asesinó a Layo el Labdácida, que me lo diga, pues se lo mando; quien sea el culpable, que no tema presentarse espontáneamente, pues sin imponerle pena ninguna aflictiva, ileso saldrá desterrado de este pais. Si alguno de vosotros sabe que el asesino es extranjero, que me lo exponga, pues lo daré buen premio y le quedaré agradecido. Pero si calláis y rehusáis darme las noticias que os pido, ya por temor de algún amigo, ya por miedo propio, conviene que oigáis lo que en tal caso voy a disponer: Sea quien sea el culpable, prohibo a todos los habitantes de esta tierra que rijo y gobierno, que lo reciban en su casa, que le hablen, que lo admitan en sus plegarias y sacrificios y que le den agua lustral. Que lo ahuyente todo el mundo de su casa como ser impuro, causante de nuestra desgracia, según el oráculo de Apolo me acaba de revelar. De este modo creo yo que debo ayudar al dios y vengar al muerto. Y espero que todos vosotros cumpliréis este mandato, por mí mismo, por el dios y por esta tierra que tan infructuosa y desgraciadamente se arruina. Y aun cuando esta investigación no hubiese sido ordenada por el dios, nunca debiais, vosotros haber dejado impune el asesinato del más eminente de los hombres, de vuestro rey. Pero ahora que me hallo yo en posesión del imperio que él tuvo antes, y tengo su lecho y la misma mujer que él fecundó, y míos serían los hijos de él, si los que tuvo no los hubiese perdido —pero la desgracia cayó sobre su cabeza—, por todo esto, yo, como si se tratara de mi padre, lucharé y llegaré a todo, deseando coger al autor del asesinato del hijo de Labdaco, nieto de Polidoro, biznieto de Cadmo y tataranieto