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LAS TRAQUINIAS

Semicoro.—¿Acaso estoy alucinado, u oigo ciertos lamentos que de palacio ahora mismo salen? ¿Qué diré? SØMIOORO.Suena algo dentro; no confusamente, sino desdichados lamentos; algo nuevo ocurre en palacio.

Semicoro.—Mira esa anciana, cuån lastimera y ceñuda viene hacia nosotras como para manifestarnos algo.

La Nodriza.—Hijas, cuán grandes males nos ha ocasionado el regalo enviado a Hérculesi

Coro.—Que nuevo hecho nos anuncias, anciana?

La Nodriza.—Se ha ido Deyanira por el último de todos los caminos sin mover un pie.

Coro.—: - Acaso, en verdad, como para morir?

La Nodriza.—Todo lo has comprendido.

Coro.—¿Ha muerto la infeliz?

La Nodriza.—Segunda vez lo oyes..

Coro.—Infeliz, miserable! ¿De qué modo dices que se ha suicidado?.. LA NODRIZA.- Del modo más lamentable, por la manera como lo verificó.

Coro.—Di, mujer, ¿qué clase de muerte ha tenido?

La Nodriza.—Ella misma se mató.

Coro.—¿Qué furor o qué locuræ le clavaron a la vez la punta de mortal arma? ¿Cómo deseo añadir a una muerte otra muerte?

La Nodriza.—Con el corte de luctuoso hierro.

Coro.—Viste tú, ¡oh desdichada!, tal acto de locura?

La Nodriza.—Lo vi; como que cerca me hallaba.

Coro.—¿Cómo fué, cómo?; ea, di.

La Nodriza.—Ells rnisma lo perpetró con su mano.

Coro.—Qué dices?

La Nodriza.—La verdad.

Coro.—Ha engendrado, ha engendrado tremenda locura en este palacio la recién venida desposada.