Página:Las siete tragedias de Sófocles - Biblioteca Clásica - CCXLVII (1921).pdf/342

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
322
TRAGEDIAS DE SÓFOCLES

Neoptólemo.—de quien recibi este grco, ndersmente...

Ulises.—¡Oh Júpiter! ¿Qué dices? ¿Piensas devol. vérselo?

Neoptólemo.—Como que indignamente y sin razón lo tengo en mi poder.

Ulises.—¡Por los dioses! ¿Acaso dices eso por insul. tarme?

Neoptólemo.—Si insulto hay en decir la verdad.

Ulises.—¿Qué dices, hijo de Aquiles? ¿Qué palabras has proferido?

Neoptólemo.—¿Quieres que las repita dos y tres veces?

Ulises.—Jamás hubiera querido oirlas al una sola vez.

Neoptólemo.—Sabe ahora bien que has oído todo mi propósito.

Ulises.—Hay alguien, hay quien te impedirá hacerlo.

Neoptólemo.—¿Qué dices? ¿Quién será el que me impedirá esto?

Ulises.—Todo el ejército de los aqueos, y entre ellos yo.

Neoptólemo.—Siendo sabio de natural, no hablas ahora con sabiduría.

Ulises.—Y tú ni diceg ni quieres hacer-cosas sabias.

Neoptólemo.—Pero si son justas, mejores son éstas que las sabias.

Ulises.—Y cómo ha de ser justo devolver aquello de que te apoderaste por mis consejos?

Neoptólemo.—La vergonzosa falta que cometi, intentaré reparar.

Ulises.—Y no temes al ejército de los aqueos, si haces eso?