Página:Las siete tragedias de Sófocles - Biblioteca Clásica - CCXLVII (1921).pdf/348

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
328
TRAGEDIAS DE SÓFOCLES

Neoptólemo.—No, ciertamente; lo que yo digo.es que tú no quieres saber...

Filoctetes.—¿No sé yo que los atridas me desecharon?

Neoptólemo.—Pero si los que te desecharon te salvan de nuevo, eso es lo que has de considerar.

Filoctetes.—Nunca de modo que voluntariamente vea yo a Troya.

Neoptólemo.—¿Qué más tengo yo que hacer si on mis razonamientos no puedo persuadirte con nada de lo que te diga? Porque más fácil me es dejarme de razones y dejarte vivir como vives, sin esperanza de sal. Vación.

Filoctetes.—Déjame que sufra los males que deba pasar; pero lo que me prometiste chocando mi mano derecha de acompañarme a casa, esto cúmplemelo, hijo, y no te tardes ni me recuerdes más a Troya, que bas• tantes lágrimas me ha hecho ya derramar.

Neoptólemo.—Si te parece, marchemos

Filoctetes.—¡Oh qué palabra más generosa heb dichot

Neoptólemo.—Apóyate en mi al andar.

Filoctetes.—En cuanto pueda.

Neoptólemo.—Y la inculpación de los aqueos, dcómo la evitare?

Filoctetes.—No te preocupes.

Neoptólemo.—¿Cómo no, si devastarán mi pais?

Filoctetes.—¿Asistiéndote yo?

Neoptólemo.—¿Qué ayuda me prestarás?

Filoctetes.—Con estas flechas de Hércules.ir

Neoptólemo.—¿Qué dices?

Filoctetes.—impediré que se acerquen.

Neoptólemo.—Sigue, saludando antes con reveren cia & esta tierra.