unieron Terpandro y Pindaro la fortaleza con la música; porque el primero cantó de los Lacedemonios:
Florece alli de juventud el brío, La dulce musa y la jasticia entora.
Y Pindaro dice:
Allt de los ancianos el consejo, La intrepidez de juventud brillante, Los coros, y tas musas, y el contento:
porque á un tiempo los representan muy músicos y muy guerreros, Que andar suelen al lado uno de otro, Usar bien del acero y de la lira, como dice el poeta espartano[1]. Porque ántes de la batalla el Rey sacrificaba á las Musas, como en memoria de su educacion, y de que se eslaba en momentos críticos, para que aquellas les asistiesen en los peligros, y diesen á los que combatian hacer cosas dignas de que se hablase de ellas.
Á veces, alzando lamano en la aspereza de la educacion, no impedian á los jóvenes que tuvieran algun cuidado del cabello y de su adorno en armas y vestidos, mirándolos con la complacencia con que se mira á los caballos orgullosos y engreidos al dirigirse al combate. Por tanto, criando cabello luégo que salian de la edad pueril, ponian en él particular esmero entre los peligros de la guerra, para que apareciese limpio y bien peinado, teniendo pre- [1] Aleman, de euyos poemas han quedado muy leves tragmentos.