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PLUTARCO.—LAS VIDAS PARALELAS.

otros, que sin miedo se reunian, fueron la suerte de toda la Italia, como si de la fuente de la sabidurla de Numa corriese bácia todos lo honesto y lo justo, y como si su serenidad se extendiese á todas partes; de manera que áun no alcanzaron á pintar aquel estado las hipérboles poéticas de los que dicen:

Su tela bace la araña en los paveses, Y se cubren de orin lanzas y espadas:

No se oye el són de la guerrera trompa, Ni de los ojos buye el blando sueño; pues no se cuenta que bubiese babido ni guerra ni inquietud alguna sobre mudanza de gobierno en el reinade de Numa, ni tampoco enemistad alguna contra él, ni envidia, ni asechanzas, ni sedicion por codicia de reinar; de manera que bien fuese miedo de un hombre sobre el que parece velaban los Dioses, 6 respeto á la virtud 6 fortuna particular, gobernada por algun Genio que conservaba su vida libre y pura de todo mal, vino á ser ejemplo y argumento de aquella sentencia que mucho tiempo despues se atrevió á pronunciar Platon acerca del gobierno; que no hay descanso para los hombres, ni cesacion de sus males, sino sucede por una feliz casualidad que la autoridad régia se junte con una razon cultivada por la filosofia, para que baga que la virtud triunfe del vicio. Dichoso, pues, el hombre verdaderamente prudente, y dichosos los que obedecen los sabios preceptos que salen de unos prudentes labios; porque será muy raro que aquel necesite usar de fuerza ni de amenazas, y más bien éstos, viendo la virtud misma en el ejemplar manifiesto y en la ilustre vida del que manda, voluntariamente se harán moderados, y se ajustarán á una vida irreprensible y dichosa por el amor y benevolencia bácia ellos acompañados de justicia y modestia, que es el término más glorioso del mando; y entre