que habiendo hecho entender al Senado con juramento que sería ilicito y saerflego el que lo escrito se divulgase, se llevaron los libros al comicio, y allí se quemaron. Comunmente sucede á lodos los hombres justos y virtuosos que gozan de mayor alabanza à la postre despues de su muerte, porque la envidia no sobrevive mucho tiempo, y áun á veces se extingue durante su vida; pero la gloria de éste áun tuvo otra cosa que la hizo más brillante, y fué la suerte que cupo á los reyes sus sucesores; porque de cinco que fueron los que bubo despues de él, el últımo, arrojado đel imperio, acabó sus dias en un destierro; de los otros tres, ninguno murió de muerte natural, sino que todos tres acabaron muertos á traicion; y Tulo Hostilio, que reinó inmediatamente despues de Numa, habiendo escarnecido y desacreditado sus más loables instituciones, y más especialmente las relativás á la piedad, como propias de holgazanes y de mujeres, inclinó á sus ciudadanos á la guerra; y con todo no pudo perseverar en esta su osadía, sino que habiéndosele trastornado el juicio de resulta de una grave y complieada enfermedad, se entregó á una supersticion muy poco conforme con la religion de Numa; contagio que en mayor grado todavía hizo contraer á los demas, con haber muerto, segun se dice, abrasado de un rayo.
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