todo, y conservador de las leyes, pensando que asegurada en los dos consejos, como en dos áncoras, estaria la republica ménos vacilante, y quedaria el pueblo más sosegado.
Los más son de opinion de que, como dejamos dicho, fué Solon el que estableció el consejo del Areópago; y parece que está en su favor el no haber hablado ni becho mencion alguna Dracon de los Areopagitas, dirigiendo siempre la palabra álos Efetas en lo que dispuso acerca de los homicidios.
Pero la ley octava de la tabla décimatercia de Solon, palabra por palabra es en esta forma: De los infames todos los que eran infames ántes de mandar Solon, que sean honrados; fuera de los que por sentencia del Areópago d de los Bfetas ódel Pritaneo hubiesen sido condenados por los Reyes sobre muerte, robo ó tiranta y hubiesen ido á destierro cuando se publicó esta postura[1]. Esto indica que el consejo del Areópago existia ántes del mando y la legislacion de Solon: si no, zquiénes eran los condenados ántes de Solon en el Areópago, si Solon fué el primero que dió á este consejo la facultad de juzgar? á no ser que hubiese mala escritura, ó se hubiese cometido elipsis, queriondo signiftearse que los vencidos ó condenados por las causas de que conocen los Areopagitas, los Efctas y los Pritanes, cuando se publica esta ley, queden infames, siendo los demas rehabilitados: considérelo cada uno por sí.
De las demas leyes de Solon es sobre todo singular y extraña la que disponia que fuese notado de infamia el que en una sedicion no hubiera sido de ninguno de los dos parlidos. Era su objeto, segun parece, que ninguno fuese indiferente ó insensible en las cosas públicas ponien-
• do en seguridad las suyas propias y lisonjóandose do no padecer y sufrir con la patria, sino que desde luégo se[1] Esta vozda perfectamente la idea de la griega á que corresponde, es de la longua, y eu lo antiguo se us6 por las de pacto y ley.