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POBLÍCOLA.

envaino la espada, y atravesó al primero que le pareció ser el Rey entre los que con él estaban. Prendiéronle al punto por el hecho, é iban á castigarle; y labiendo allí un braserillo con fuego, el que habian traido para cierto sacrificio que habia de hacer el Rey, puso en él la diestra, y tostándole la carne, se estuvo mirando al Rey de hito en hito con semblante firme é inalterable, hasta que asombrado éste lo dejó libre, y lo despidió del tribunal, volviéndole su espada, la que él tomó alargando para ello la mano izquierda; y de aqut dicen que se le origino la denominacion de Escévola, que quiere decir zurdo. Dijo entónces que él habia podido hacerse superior al miedo quo Porsena que - ria infundirle; pero se veia vencido de su virtud: ast que, movido de agradecimiento, indicaria lo que no se le habria arrancado por la fuerza: «porque trescientos Romanos, continuó, con la misma determinacion que yo tenía, discurren por tu campo, espiando la oportunidad; á mi la suerte me destinó á ser quien empezase, y no maldigo mi fortuna por haber errado respecto de un hombre virtuoso, y más digno de ser Romano que no nuestro enemigo.» Al oir esto Porsena le dió crédito, y quedó más dispuesto para tratar de paz; no tanto en mi enlender por el miedo de los trescientos, como prendado y maravillado del ánimo y virtud de los Romanos. A este jóven le llaman todos Mucio Escévola con los dos nombres juntos; pero Atenodoro el de Sandon en su libro á Octavia la hermana de César dice que tambien se llamaba Postumio.

Poblicola, á quien no era tan incómodo tener por enemigo á Porsena como le fuera grato tenerle por amigo y aliado, no rehusó someterse á su juicio en las cosas de Tarquino, ántes con gran confianza acudió á él repetidas veces en acusacion del más perverso de los bombres, que con la mayor justicia habia sido arrojado del trono. Como Tarquino hubiese respondido con gran desenfado que nadie debia hacerse juez en tal negocio, y mucho ménes