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PLUTARCO.—LAS VIDAS PARALELAS.

tural de Teyo, segun la relacion de Ariston el Filósofo, y desde entónces siempre estuvieron tambien encontradosen las cosas públicas. Contribuia además para hacer mayor esta oposicion la desemejanza en la vida y en las costumbres; porque siendo Arístides duice y bondadoso por carácter, y gobernando, no con la mira de congraciarse ni con la de adquirir gloria, sino eon el deseo de lo mejor, atendiendo únicamente á la seguridad y á la justicia, se veia precisado á contradccir á cada paso á Temístocles, que en las més cosas se llevaba tras si á la muchedumbre y la arrastraba á grandes novedades, y á detenerle con esto en sus progresos: pues se diee que era tan sediento de gloria y tan amante de las eosas grandes, precisamente por ambicion, que verificada, siendo todavía jóven, la batalla de Maraton contra los bárbaros, y celebrándose el mando de Milciades, se le veia andar por lo comun muy pensativo allá entre si, pasar las noches sin hacer sueño, rehusar los acostumbrados convites, y decir á los que admiraban esta mudanza, y le hacian sobre ella preguntas, que no le dejaba dormir el trofeo de Milciades. Porque cuando los demas miraban como fin de aquella guerra la derrota de los bárbaros en Maraton, á los ojos de Temístocles no era sino principio de mayores combates, para los que él ya se ungia de antemano eu defensa de toda la Grecia, y ejercitaba á los Alenienses, esperando muy de léjos lo que iba á suceder.

Para esto en primer lugar, teniendo los Atenienses la costumbre de reparlirse el producto de las minas de plata del monte Laurio, se atrevió él solo á proponer, perorandoal pueblo, que convenia dejarse de aquel repartimiento, y con aquelius fondos bacer galeras para la guerra contra los Eginetas. Era ésta entónces la guerra de más entidad en la Grecia, y los Eginetas eran por el gran número de sus naves los dueños del mar: así fácilmente vino al cabo de ello Temístocles, no nombráodoles los Alenienses á