gen del poder eterno que todo lo gobierna. Otros dicen que, como entre los Griegus, el fuego sirve de purificacion ántes de los sacrificios, y que todas las demas cosas que se guardan dentro, son invisibles para todos los demas fuera de estas vírgenes que se llaman Vestales. Tuvo tambien mucho valimiento la opinion de que se guardaba alli aquel Paladion troyano, traido por Eneas á Italia. Algunos, siguiendo las fábulas de Samotracia, refieren que Dardano, llevándole á Troya, le consagró y dedicó al fundar la ciudad, y que Eneas, reservándole al tiempo de la toma de ésta, le salvó hasta su establecimiento en Ilalia. Otros, aparentando saber algo más acerca de estas cosas, dicen que hay allí dos grandes tinajas, la una desatapada y vacia, y la otra llena y sellada, y que ambas sólo son visibles á estas sagradas virgenes. Todavía hay otros que opinan andar aquellos errados, y que su equivocacion nace de que las vírgenes pusieron entónces en dos tinajas la mayor parte de las cosas sagradas, y las escondieron debajo de tierra junto al templo de Quirino, y que aquel sitio áun conserva el nombre que tomó de las tinajas.
Cargando, pues, aquellas con las más prineipales y preciosas de las cosas sagradas, huyeron retirándose al otro lado del rio. Por allí tambien entre los que huian iba Lucio Albíno, uno de la plebe, Hevando en un carro sus hijos, todavía niños, su mujer y las cosas más precisas, y cuando vió á las vírgenes que ilevaban en el seno las cosas sagradas, yendo á pié, y sin nadie que las sirviese, inmediatamenle bajó del carro á su mujer, los hijos y los muebles, y lo entregó á aquellas para que se subiesen en él y se retiraran á alguna de las ciudades de la Grecia. Habiendo, pues, dado Albino tal prueba de su religion y piedad hácia los Dioses en momentos de tanto riesgo, no sería razon que le pasáramos en silencio. Los sacerdotes de los demas Dioses, y los hombres ancianos señalados por sus consulados y sus triunfos, no teniendo corazon para dejar la