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PLUTARCO.—LAS VIDAS PARALELAS.

de decir: «Me parece que veo ya la guerra venir del Peloponeso.» Y en una ocasion en que Sófocles, su colega en el mando, hizo con él un viaje de mar, celebrando éste de lindo á un mocito: «Un general, le dijo, no sólo ha de tener contenidas las manos, sino tambien los ojos.» Y Estesimbroto refiere que clogiando en la tribuna á los que babian muerto en Samos, dijo que «se habian hecho inmortales como los Dioses; porque tampoco á éstos los vemos, sino que de los honores que se les tributan y de los bienes que nos dispensan conjeturamos que son inmortales; y esto mismo cuadra á los que mueren por la patria.»

Tuefdides nota de aristocrálico el gobierno de Perieles, diciendo que aunque en las palabras era democrático, en la realidad era mando de uno solo; y otros muchos han escrito que bajo él fué por la primera vez seducida la plebo con repartimientos, y con pagarle los espectáeulos y darle jornat; con las cuales disposiciones se la acostumbró mal, y se hizo regalada y disipada, de templada y laboriosa que ántes era: veamos, pues, por los heehos mismos cuál fué la causa de esta mudanza. Contrarestando Perieles en el principio, como hemos dicho, á la gloria de Cimon, se adhirió á la muchedumbre; mas siendo inferior en riqueza é intereses, con los que éste ganaba á los pobres, dando cotidianamente de comer á los Atenienses necesitados, vistiendo á los ancianos, y echando al suelo las cercas de sus posesiones para que tomaran de los frutos los que quisiesen; frustrado Pericles con estas cosas, recurrió al repartimiento de los caudales públieos, aconsejándoselo así Demonides Oiense, segun testimonio de Aristóteles. Con las dádivas, pues, para los teatros y para los juicios, y con otros premios y diversiones corrompió á la muchedumbre, y se valió de su poder contra el consejo del Areópago, en el que no tenía parte, por no haberle cabido en suerte ser ó Arconte, ó Tesmoteta, ó Rey, ó Polemarco: porque estos empleos eran sorteables de antiguo, y de