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PLUTARCO.—LAS VIDAS PARALELAS.


ran navegar sin recelo y vivir en paz. Enviáronse con este objeto veinte ciudadanos mayores de cincuenta años, de los cuales cinco habian de convocar á los Jonios y Dóricos del Asia, y á los isleños hasta Lesbos y Rodas; cinco parlieron á los pueblos del lHelesponto y la Tracia desde Bizancio; y einco desde el punto en que concluian éstos, á la Beocia, la Focide y el Peloponeso; y además se extendia su mision por los Locrios y lodo el continente inmediato hasta la Acarnania y la Ambracia; y los restantes se encaminaron por la Eubea á los Octeos, al golfo de Malea, los Ftiotas, los Aqueos y los Tesalianos, persuadiendo á todos que concurrieran y tomaran parte en unas deliberaciones que tenian por objelo la paz y la comun felicidad de la Grecia. Mus nada se hizo, ni las eiudades concurrieron, por oponerse á ello, segun es fama, los Lacedemonios, y por haber sido desle luégo mal recibida la tentativa en el Peloponeso. Lo hemos referido, sin embargo, para que se vea el juicio y grandeza de ánimo de Pericles.

En la parte militar gozaba de gran concepto, principalmente por la seguridad de las empresas; no entrando voluntariamente cn combate dudoso y de peligro, ni siguiendo las huellas y ejemplos de aquellos caudillos á quienes del arrojo les habia resultado una brillante fortuna y el ser admirados como grandes capitanes; ántes contfauamente estaba diciendo á sus ciudadanos que en cuanto de él dependiese serian siempre iumortales. Viendo que Tolmidas, el de Tolmeo, por la buena suerte que ántes babia tenido por la fama que gozaba de excelente militar, se preparaba muy fuera de toda oportunidad á invadir la Beocia, habiendo acalorado á los más alentados y belicosos de los jóvenes á que milutasen i sus órdenes, que en todos serian unos mil sin las demas fuerzas, procuró contenerle y disuadirlo en la junla půblica, pronunciando aquel memorable dicho: «Si no crees á Pericles, el modo de que no yerres es que esperes al consejero más sabio, que es el PLUTARGO,-LAS VIDAS PARALELAS.