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PLUTARCO.—LAS VIDAS PARALELAS.

mayor número que los que le obedecian como à tutor det Rey y depositario del mando, eran los que se le aficionaban por su virtud, y se mostraban prontos á cuanto les mandase. Habia, no obstante, quien le tenía envidia, y quien procuraba oponerse á sus aumentos viéndole todavía jóven, principalmente los parienles y familiares de la madre del Rey, la cual se miraba como agraviada; y el hermano de ésta, Leonidas, zahiriendo en una ocasion á Licurgo con demasiada osadía, se dejó decir que ya sabia que él babia de reinar, haciendo nacer sospecha, y sembrando contra Licurgo la ealumnia, si al Rey le sucedia algo, de que habia alentado contra él. Otras expresiones eomo esta le llegaban tambien de la cuñada: por tanto, incomodado con ellas, y temeroso por lo que podia ocultársele, resolvió evilar con su ausencia toda sospecha, y andar peregrinando, hasta que el sobrino, hecho ya grande, hubiese dado sucesor al reino.

Embarcándose con esta determinacion, se dirigió en primer lugar á Creta, donde se dió á examinar el gobierno que alti regia; y acercándose á los que tenian mayor concepto, admiró y tomó varias de sus leyes para trasladarlas y usar de ellas restituido á su casa; pero tambien hubo algunas quo no le parecieron bien. Con amistad y agasajo inclinó á que pasase á Esparta á uno do los que gozaban mayor opinion de sabios y politicos, llamado Tales: en la apariencia, como poeta lírico de que tenía fama, y para hacer oslentacion de este dote; pero en realidad con el objeto de que biciose lo que los grandes legisladores: porque sus canciones eran discursos que por medio de la armonía y el número movian á la docilidad y concordia, siendo de suyo graciosos y conciliadores, Asi los que lo oian se duluificaban sin sentir en sus costumbres, y por el deseo de lo honesto oran como atraidos á la union, del encono que era entónces como endémico de unos contra otros; y parecia en cierta manera que aquel preparaba el camino á