Página:Los Césares de la Patagonia.pdf/152

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida

no la lengua, pues los indios nos conocemos los unos á los otros y sé que más debemos atender á lo que siente el corazón que á lo que habla la lengua, ¿Cómo podemos acabar, siendo unos pobres indios, el imperio español que domina todas las naciones, y de cuatro mil leguas que está el rey blanco lejos de aquí, envía gente, armas y socorro? Pretender nosotros acabarlos es tan imposible como agotar la hierba de la pampa. ¿Por qué cuando éramos tantos que no cabíamos en la tierra, no los acabamos, y ahora que vivimos dispersos queremos acabarlos? Mis hermanas, cuando mucho, os paren un hijo, y ése en muchos años no es soldado ni da provecho, y los españoles tienen socorros tan abundantes, que un navío les pare de una vez los soldados que necesitan.

"Bien saben estos guerreros el aprieto en que viven, que ni aun perros se atreven á tener porque no les descubran con sus ladridos, y ya no consienten gallos en sus tierras porque por su canto no conozca el español sus guaridas. Bien saben que de dormir á la intemperie tienen podridos los quillangos, y que, metidos en los montes, no tienen hora de sosiego, porque al menearse con el viento las hojas de los árboles, se inquietan, diciendo: "Vienen los hijos del trueno." Yo he estado cautiva en-