Página:Los Césares de la Patagonia.pdf/186

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida

mar al rey de la noticia que tenía de la ciudad encantada. Su memorial lo encabezaba así: Derrotero de un viaje desde Buenos Aires á los Césares por el Tandil y el Volcán, rumbo de Sudoeste, comunicado á la corte de Madrid en 1707 por Silvestre Rojas, que vivió muchos años entre los indios peguenches.

Tiene el mérito de la brevedad porque todo él cabe en una página.

La esencia es que al sur, costeando la cordillera, se encuentra el valle de los Césares. Un río muy grande y manso separa la puebla de los indios de la ciudad de los españoles en un llano poblado más á lo largo que al cuadro, al modo de la planta de Buenos Aires. Tiene hermosos edificios de templos y casas de piedra labrada y bien techadas, al modo de España, y en las más de ellas hay indios para su servicio y de las haciendas. Los indios son cristianos, reducidos por los mismos españoles. A las partes del norte y del poniente, la cordillera nevada, donde trabajan muchos minerales de oro y plata y también cobre; por el sudoeste y poniente hacia la cordillera, campos con estancias de muchos ganados mayores y menores y muchas chácaras, donde recogen con abundancia granos y hortalizas, adornadas de cedros, plátanos, naranjos, robles y palmas, con muchedumbre de frutas muy sabrosas.