Página:Los Césares de la Patagonia.pdf/27

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Corte y Consejo de Indias en solicitud de la ampliación de su gobernación. Para ganarse al rey le decía "que haría que se labrase oro en Chile, como hierro en Vizcaya". Mientras sus agentes presentaban memoriales y solicitaban nuevas concesiones, el capitán extremeño, adelantándose á las autorizaciones reales, continuaba audazmente sus descubrimientos y conquistas hacia el Atlántico, por el Oriente, y hacia el Estrecho, por el Sur. Al mismo, tiempo que él y su teniente Villagrán avanzaban por tierra, iban el genovés Pastene y Ulloa con barcos á explorar el Estrecho.

Las aspiraciones de Valdivia quedaron cortadas con su desastrosa muerte en Tucapel, á manos de los indios purenes (1553); confirmándose así lo que un adivino le pronosticó en el saco de Roma; que había de morir á manos de sus vasallos; pero sus sucesores en el gobierno de Chile las tuvieron muy en cuenta. Y el primero, D. García Hurtado de Mendoza, hijo del virrey marqués de Cañete, joven á la sazón, entusiasta y animoso, que impulsó el avance de las armas españolas en tierras australes. Tras de batallar con los araucanos en las riberas del mar, en el sitio mismo de la antigua ciudad de la Concepción, despoblada á consecuencia de las últimas derrotas, entró en la tierra combatiendo siempre;